30 May
30May


  • “Ganar no lo es todo, es lo único”. Frase de Vince Lombardi que se ha vuelto ya trillada en una época donde ser exitoso y cumplir metas es tan admirado. Pareciera que contradice aquella otra frase sobre la importancia de competir más allá de ganar, hecha popular por el barón Pierre de Cubertin (aunque acuñada inicialmente por Ethelbert Talbot, obispo de la Iglesia Episcopal, con lo que se puede entender un poco el altruismo de fondo). Sin embargo, ¿qué es lo que construye el éxito? El éxito no es sino la consecución de un resultado esperado, no de manera fortuita, sino a través de un trabajo intencionado y disciplinado. Detrás de un gran logro, hay horas, semanas o quizá meses de trabajo, de esfuerzo y de intentos aunque lo que la mayoría veamos sea solo un instante de genialidad de una persona.
  • El deporte nos deja muchas enseñanzas sobre el valor del trabajo y la disciplina como medios para ser exitoso. Si observamos desde esta óptica, entendemos por qué la importancia de competir sobre ganar. No porque esto último no sea importante. Sería ilógico pensar que alguien quiera dedicar su vida a desarrollar alguna empresa, ya sea deportiva o de cualquier tipo, pensando en no ganar. Sin embargo, debemos entender que esto solo se logrará a través de un proceso que nos transforme cada vez mas acercándonos al estado deseado. Cada fracaso no es sino un paso en el proceso de transformación y al final, el éxito no es sino el resultado de la acumulación de fracasos.

    • No siempre tendremos que estar compitiendo contra alguien mas. Es por eso que la mejora continua se vuelve asunto complicado, porque la principal referencia de mejora es uno mismo y los progresos no siempre tendrán medallas con los que sean reconocidos. Alcanzar el éxito es entonces una carrera con resultados a largo plazo, donde la disciplina y la persistencia son claves. Algunos consejos para este proceso:

    • tar listos siempre: Mantener la motivación por continuar aprendiendo, flexibilidad para adaptarse a diferentes cambios, mantener “la sierra afilada” como lo decía Stephen Covey son actitudes de liderazgo que fomentan un espíritu de logro.
    • Mantener el enfoque: Los errores y fracasos no deben estancar el progreso. Cuando sucedan, debemos tomar decisiones rápidas y retomar el rumbo al que nos dirigimos, capitalizar el aprendizaje y enfocarnos hacia logros futuros.
    • Generar hábitos: Los hábitos son los principales causantes de nuestros resultados, tanto positivos como negativos. Si estos no son lo que esperas, revisa tus hábitos. Cuando se entrena para algún deporte, el entrenamiento continuo colabora a la formación de hábitos que se registran en el cerebro para que en el momento importante, en medio de una jugada, se tomen decisiones y se ejecuten de manera casi automática. De la misma forma, hábitos positivos que se aprendan mediante la repetición consciente y disciplinada, nos ayudaran a tomar decisiones rápidas y a trabajar mejor enfocados en lograr metas.
    • Autoconocimiento: Definir claramente nuestros recursos personales e Identificar nuestras fortalezas y debilidades para trabajar con ellas de manera inteligente y eficiente. Autoconocernos implica también humildad para pedir ayuda y generosidad para delegar y compartir tareas que al ayuden a todos.

Los líderes de equipos altamente efectivos no solo se enfocan en la consecución de logros sino se mantienen atentos al proceso de crecimiento y transformación de sus integrantes. Definen una estrategia clara de cómo alcanzar la meta, mantienen al equipo enfocado positivamente en trabajar en ella y sobre todo, alinean la toma de decisiones para que exista sinergia. 


Mi pregunta para ti esta semana:

¿Qué hábitos debo cambiar en mi equipo de trabajo para ayudarlos a ser exitosos?

¡Excelente semana!

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO